El millonario desfalco que realizan los gobiernos panistas del Ayuntamiento de Chihuahua y el estado, hicieron que activistas y artistas, así como sociedad civil se manifestara…

Chihuahua. Durante la última semana, el gobierno municipal de Chihuahua, así como el gobierno estatal, han echando al asador toda la batería contra quienes consideran sus enemigos, los artistas y activistas de la cultura.

La obra de teatro «La golondrina y su príncipe», se ha convertido en el nuevo emblema de la corrupción y desfalco de los gobiernos panistas, emanados del duartismo, pues esta obra que costará 35 millones de pesos a los chihuahuenses, no solo tiene un tufo de corrupción y negocios para los amigos, se trata de un nuevo golpe a la cultura popular chihuahuense, que tiene muchas expresiones, una guerra que la gobernadora Eugenia Campos inició desde su administración en el Ayuntamiento durante 5 años.

La política cultural del panismo chihuahuita, encabezado por la gobernadora y su títere en el Ayuntamiento, ha excluido a una importante cantidad de artistas locales, eliminando proyectos, programas, eventos, festivales, etcétera; y por el contrario, a través de la que fue la Directora de Cultura Alejandra Enríquez, ahora encargada de la cultura desde la administración estatal, sigue regalando recursos a unos pocos, amigos, con un tufo a clasismo dentro de su visión cultura, lo que en en su momento fue denunciado por la comunidad cultural chihuahuense.

Sin embargo, los escándalos que Eugenia Campos ocasionó respecto al derroche y corrupción, fueron solapados por la prensa local, y rara vez trascendió fuera del territorio chihuahuense, pero en esta ocasión, la estridencia con la que ha impuesto la mordaza y la censura, desbordó a lo nacional.

Una obra que beneficiará a un solo productor, creador o empresario, como lo es Alberto Espino, un empresario ligado a los gobiernos prianistas del pasado, así como a los contratos para amigos, que tendrá un costo de 35 millones de pesos, mitad municipio mitad estado, en solo 12 funciones, y solo en la capital del estado, es inadmisible incluso para artistas reconocidos a nivel nacional.

Es tal el marranero y la censura, que la comunidad artística recurrió a artistas nacionales, quienes al conocer el monto de la obra y la forma en que se otorgó en adjudicación directa, salieron a manifestar su respaldo a los activistas y artistas de Chihuahua, incluso, han llamado a la solidaridad de toda la comunidad artística de México.

El grupo de choque, rostros del viejo priísmo…

La guerra ha sido declarada, pues el pasado viernes 28 de octubre, se realizó una rueda de prensa por parte de un frente de artistas, activistas y ciudadanos para rechazar este despojo, sin embargo la cosa no fue pacífica, pues apareció en ese lugar, a la misma hora, un grupo de choque del viejo priísmo, mujeres principalmente, quienes supuestamente se manifestaban para que «no se cancelaran eventos» para no afectar a los comerciantes del centro.

Las mismas prácticas del priísmo más rancio, ahora replicada por Marco Bonilla, así de fifí y blandengue, usa formas cobardes para intentar acallar una protesta legítima.

Al inicio de la rueda de prensa, el grupo de choque puso música a un volumen que opacaba la rueda de prensa, y aunque se les solicitó esperar a terminar la rueda de prensa, para ellos continuaran con los suyo, se negaron y subieron más la música, en algunos momentos hubo conato de bronca, sin embargo se logró concluir la rueda de prensa, y aunque dijeron que se manifestaban con un motivo, jamás realizaron consigna alguna, por el contrario, comenzaron a bailar en grupo a un lado de quienes atendían la rueda de prensa.

Esa no es la única provocación de Bonilla y Eugenia Campos, aunque la censura sobre este tema está a todo lo que da, al parecer las autoridades prianistas que gobiernan Chihuahua se molestaron cuando el tema escaló a lo nacional, fue entonces que lanzaron el contraataque mediático.

Durante el fin de semana, usaron el control que tienen de los medios de comunicación locales para lanzar boletines y promocionar la obra, y no solo se trató de promoción cultural del evento, a través de los peores pasquines de columna, se lanzaron con todo contra la comunidad artística en rebeldía y los ciudadanos que se sumaron, acusaron a la manifestación de tener tintes políticos, y sacando el más recalcitrante duartismo que los envenena, hasta acusaron de corralistas y morenistas a quienes criticaban la obra, ¿así o más vil?

La indignación por parte de los ciudadanos sigue creciendo, fuera del control que puede ejercer el títere Bonilla o Eugenia Campos con los medios de comunicación, y aunque la lista es larga respecto a los temas de corrupción y desfalco como la «torre centinela», «los viajes de la gobernadora» o «el nuevo relleno sanitario pagado de irregularidades, parece que la oposición a «la golondrina», tocó fibras sensibles de las autoridades panistas.

Envalentonado, o enviado por la gobernadora, Marco Bonilla publicó un video donde supuestamente «aclara» la «desinformación», que se ha generado en contra de la millonaria obra de teatro, y a su estilo de standupero barato, intenta convencer a los chihuahuenses que los malos aquí son los artistas locales que comenzaron las criticas, e incluso los acusó de haber acudido a sus amigos «corralistas y morenistas», donde aseguró que «no caerán en su juego»…

Siendo sinceros, esta faceta de Bonilla causa curiosidad y extrañeza, ya que no es reconocido por la confrontación, mucho menos de aventarse de esa forma tan burda en contra de los enemigos del duartismo, lo que sí es seguro es que su imagen gris no cambiará a raíz de este conflicto, por el contrario, ahora además de títere y gris, se suma al grupo de corruptos que no tienen empacho en atacar al pueblo.

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