El gobierno de Biden planea reforzar el muro en la frontera con México en un intento de frenar la llegada de migrantes. El presidente López Obrador criticó esta medida.
El gobierno del presidente demócrata Joe Biden anunció que ampliará el muro en la frontera con México para frenar la entrada de migrantes , usando fondos otorgados por el Congreso a su predecesor, el republicano Donald Trump .
El secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, lo justificó debido a la «necesidad aguda e inmediata» de «evitar entradas ilegales» en la frontera.
Esto significa un giro significativo en la política de Biden, que a su llegada a la Casa Blanca decidió suspender la construcción del muro fronterizo iniciada por el expresidente Donald Trump y poner fin a una desviación de fondos para su financiación.
Ahora ha decidido utilizar una asignación del año fiscal 2019, cuando gobernaba Trump, en virtud de la cual el Congreso asignó fondos para la construcción de la barrera fronteriza en el Valle del Río Grande.
Para poder instalar estas «barreras físicas y caminos adicionales» en Texas el gobierno ha decidido derogar una veintena de leyes y regulaciones federales, muchas de ellas medioambientales. Las nuevas vallas se construirán en la zona de Río Grande por ser un área de «elevada entrada ilegal», afirma Mayorkas.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que la ampliación del muro fronterizo con Estados Unidos es un «retroceso». El mandatario abordará su inconformidad con esta medida en su reunión de este jueves con una delegación de Washington , encabezada por el secretario de Estado, Antony Blinken.
Desde octubre de 2022 hasta principios de agosto, la patrulla fronteriza interceptó a más de 245.000 personas que intentaban ingresar al país por los puertos de entrada en ese sector.
Pero en las últimas semanas el número de migrantes que llegan a la frontera sin la documentación necesaria para cruzar va en aumento, lo que ha puesto a Biden bajo nuevas presiones, sobre todo de cara a las elecciones en 2024. Las presiones no llegan solo de los republicanos sino de ciudades gobernadas por demócratas y abrumadas por la llegada de millas de migrantes.