A 10 años de la tragedia,corrupción e impunidad, intenta sobrevivir dentro de morena…
Chihuahua. El 5 de octubre del 2013, Chihuahua dio la nota nacional, e internacional, tras el lamentable accidente que dejó como saldo la trágica muerte de 9 personas y otros 90 heridos, en lamentables condiciones, un accidente que pudo evitarse, y que por el contrario, estuvo plagado de irregularidades e involucramiento de autoridades estatales, municipales y empresarios.
Decían las plumas pagadas en los medios y otros pasquines, que este accidente truncó la vida política del el alcalde priísta Marco Adán Quezada, en quien debió recaer la mayoría de la responsabilidad, y que por el contrario, ahora con total desverguenza intenta llegar al poder nuevamente, ahora desde morena, luego que del PRI solo quedan cascajos y humillaciones al haberse fusionado con el PAN.
Y nada más para recordar, que aquel fatal accidente y en aquella tarde de otoño, se realizó un evento concluía varios eventos de deportes extremos, un negocio que realizó la administración de Marco Quezada con varios empresarios. Otro dato interesante que no debe olvidarse, es que casi 15 millones de pesos se destinaron a medidas de seguridad que no se aplicaron.
De aquel accidente, el Aeroshow cerraba con un espectáculo de trocas monstruo, y que por ausencia descarada de medidas de seguridad y de protección civil, terminó en una de las peores tragedias que Chihuahua recuerda, donde estuvieron involucradas las autoridades, de esa pesadilla, sólo el conductor de la troca monstruo tuvo consecuencias, mientras que el ex alcalde del Marco Quezada y sus funcionarios involucrados fueron absueltos de toda responsabilidad penal.
Para taparle el ojo al macho, la siguiente administración municipal, otra del PRI, con Javier Garfio, se simuló un castigo, una sanción administrativa, contra los ex funcionarios priistas, s eles inhabilitó de cargos públicos por cinco años, y nada más.
Pasaron los años, terminaron los 5 años y Quezada y su grupo se reagrupó, aprovecharon la apertura de morena y lograron meterse, en mucho gracias a Fernando Tiscareño, sobrino de Bertha Luján, quien en aquellos fuera la presidenta del Consejo Nacional de Morena, y Fernando, como ex secretario del ayuntamiento con Quezada, logró que este grupo tuviera una nueva oportunidad política y electoral, lo que no logró, es que estos priístas aceptaran los colores y logotipo de morena, mucho menos sus principios y causas.
En una elección interna donde hubo mucho malestar y descontento por parte de las bases del morenismo, Marco Quezada quedó como candidato a la presidencia de Chihuahua en 2021, en un principio el discurso del priísta era de unidad y organización con morena, incluso intentaba agudizar su discurso con las clases populares que siempre lo caracterizó y le había generado gran simpatía en la capital, sin embargo esta campaña electoral mostró su verdadero rostro.
Pasaron las primeras semanas y el «ojiazul», como lo describían los chayoteros, comenzó a dejar de lado a los morenos, a los coordinadores de la campaña de Loera, mientras se fortalecían viejas alianzas con personajes impresentables como Fermín Ordoñez, quien logró colarse como candidato por el distrito 18, vía Nueva Alianza, otro error de morena en sus coaliciones.
Y aquí es donde viene la interesante historia que se cuentan en mesas políticas cerradas, y que podría explicar el motivo por el cual un personaje tan gris como el panista Marco Bonilla, obtuvo más votos que el «carismático», Marco Quezada, una derrota además de política, también moral, porque esos resultados nadie los esperaba.
Se habla de un Fermín Ordoñez pidiendo el voto en las colonias del distrito 18, para Quezada, pero también para Eugenia Campos y no para Juan Carlos Loera, quien era el candidato de la coalición, osea, se cruzó el voto.
En esta lógica, también se sospecha de una operación similar por parte de Quezada y su equipo, sospechas que surgen de la actitud que tomó el ex priísta respecto a la campaña paralela que debía llevar junto con morena, sin embargo la cosa resultó muy distante de estos planes.
La relación entre Quezada y morena comenzó a flaquear conforme se conflictuó conotra figura de peso en morena, la cual terminó por quebrar la estrecha convivencia del grupo quezadista con el morenismo real, hasta el punto de llegar a la elección del 2021 totalmente ajenos.
Poco a poco comenzó a verse la propaganda de Marco Quezada en la ciudad, llamaba la atención el uso de los colores del PRI, algo que siempre envía señales políticas, pero que destacó la ausencia de los logos de morena, se dice, desde las tripas del morenismo, que Marco no quería que la gente lo identificara con morena, quería ir sólo.
En sus ruedas de prensa, en su bunker, cada vez se veían menos personajes de morena, al grado de que al final parecía una campaña del PRI, sin nada que ver con la Cuarta Transformación, incluso había más vínculos y camaradería con el partido Nuevo Alianza.
Desde el interior de palacio de gobierno surgieron datos, efectivamente había una campaña de cruce del voto.
La ruptura surgió en una encerrona en Ciudad Juárez, donde el ex priísta quebró con Ariadna Montiel, dicen que Quezada salió furioso de esa reunión.
Los resultados de la elección fueron abrumadores, porque la derrota de morena con un candidato como Marco Quezada ante un Bonilla, era cosa de no creer, ¿qué había pasado?.
Sugen más dudas, puesto que la figura de Marco Quezada no es bien vista en el gobierno de Eugenia Campos Galván, siempre fue contrario al duartismo, pero, se haberse promovido el voto cruzado por el PAN para la gubernatura, ¿qué pasó?, ¿acaso hubo un acuerdo y resultó traicionado?
Pudiera ser que no se le haya cumplido, los cálculos le fallaron, total, morena volvió a perder en la capital del estado, ahora con una figura que finalmente había sido «aceptada» por tener más puntos de simpatía y conocimiento, incluso estructuras, que los mismo morenos, sin embargo el resultado exhibió que, es un cartucho quemado.
Al interior del morenismo se especuló que Marco pudiera haber llevado al partido guinda a la joya de la corona, y temas como el aeroshow tuvo que pasarse como un trago amargo, los resultados fueron terribles.
Pudiéramos pensar que ante tal derrota, Quezada se habría retirado, pero algunos de sus cercanos aún quedaron dentro del morenismo, otros juegan a hacerla de publicistas e influencers, aprovechan el silencio de los medios locales, amordazados por los convenios de publicidad con el municipio, para criticar abiertamente del alcalde Marco Bonilla, una dedicatoria de esa vieja rivalidad entre el priísmo y el panismo, que a la hora de los hechos y en el gobierno, son los mismos.
Marco Quezada tuvo un tiempo que como los reptiles, cambiaba de color, fingía, simulaba sumarse a la Cuarta Transformación, al parecer esos tiempos han terminado y actualmente, aprovecha cada momento que tiene frente a los medios, para escupir veneno contra morena.
Actualmente es arropado por el alcalde de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, quien tiene a su esposa en la nómina de la administración juarense, mientras que Marco «opera» en la ciudad de Chihuahua para el presidente juarense, no sin generar malestar al interior también de este grupo ya consolidado dentro del morenismo.
Así fue como sucedió el pasado 24 de septiembre, en un evento de Cruz Pérez Cuéllar para mostrar el respaldo de varios liderazgos en todo el estado, donde estuvo presente también Marco Quezada, para bien del ex priísta, estuvo en la mesa principal con el alcalde juarense, junto con otras 20 personas, de dulce, chile y manteca, para mal, ni si quiera fue mencionado y no figuró ni subió a dar un mensaje.
A Marco se le notaba molesto, incomodo, además de que un nutrido grupo de sus gentes, quienes incluso iban hasta uniformados, no pudieron ingresar el salón principal, y tuvieron que acomodarse en salones alternos, cosa que lo traía reventado.
Tuvo su momento de sacar su frustración y su veneno, ante los medios de comunicación que aprovecharon a entrevistarlo, fue ahí donde una vez más escupió a morena, al asegurar que en la ciudad de Chihuahua, morena es «débil», aludiendo y lanzando el mensaje, como en anteriores ocasiones lo ha hecho, que la capital «necesita» una figura aceptable, no sabemos si habla de él mismo, pues ya demostró que no es bien visto, ni en el PRI, ni en las raíces de morena.