Medio millar de migrantes acampaban junto al Río Bravo, en la frontera con Estados Unidos. «No somos enemigos de Estados Unidos ni de México», protestaban algunos al ser expulsados mientras se desmantelaba el campamento.
Unos 400 migrantes venezolanos fueron desalojados del campamento que instalaron al borde del Río Bravo, en la mexicana Ciudad Juárez (norte), fronteriza con Estados Unidos.
«Llegaron con un megáfono diciendo que teníamos que desalojar, que a fuerza teníamos que irnos y más adelante partieron las carpas, les partieron las carpas a unos compañeros», manifestó uno de los migrantes del país sudamericano, entrevista por AFP.
Decenas de policías anti motines y miembros de la Guardia Nacional participaron en el operativo, quienes forcejearon por momentos con los migrantes, que ocupaban las carpas desde finales de octubre.
El gobierno del municipio de Ciudad Juárez, argumentó que el operativo respondió a un dictamen elaborado por Protección Civil, que advirtió riesgo de incendio por las fogatas, que los migrantes encienden ante las bajas temperaturas cerca de sus carpas de plástico.
«Estábamos en la carpa y un señor llegó a avisarnos de que saliéramos, llegó el camión de la basura y empezó a quitar las carpas. Es algo inhumano que nos quieran sacar, no somos enemigos de Estados Unidos ni de México, estamos aquí por una lucha, no por gusto», declaró a EFE Miguel Moya, uno de los migrantes venezolanos.