El primer ministro israelí declaró que está dispuesto a resolver el conflicto con Hezbolá por medios políticos, pero si fracasan, se buscarán «otras» opciones.
Los funcionarios de la Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, temen que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, lance una guerra total contra el grupo libanés Hezbolá para salvar su carrera política, informó The Washington Post el sábado citando a personas familiarizadas con el asunto.
En una reunión con funcionarios del Gobierno israelí celebrada este domingo, Netanyahu afirmó que Tel Aviv está dispuesto a resolver el conflicto con la organización chií por medios políticos, pero que si estos métodos fracasan, se buscarán «otras» opciones, recogen medios locales.
Al comentar la retórica del primer ministro israelí, un alto funcionario estadounidense afirmó a The Washington Post que las promesas del dirigente representan solo una táctica para obtener concesiones del grupo libanés. Sin embargo, otros declararon que si la guerra en la Franja de Gaza terminara mañana, la carrera política de Netanyahu, que antes del conflicto se enfrentó durante meses a protestas contra su reforma judicial, también llegaría a su fin, lo que podría motivarlo a ampliar el conflicto.
Según el diario, Estados Unidos repetidamente ha advertido en privado a Israel contra una escalada significativa en el Líbano. Después del 7 de octubre, Joe Biden hablaba por teléfono hasta tres veces al día, trabajando para disuadir al país hebreo de atacar a Hezbolá, un paso, que, según el mandatario, «desatara el infierno», dijo un informante.
En medio de la incertidumbre causada por la intensificación de los ataques israelíes contra instalaciones de Hezbolá, Biden incluso decidió enviar a sus principales asesores a Oriente Medio, reseña el periódico.
Así, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, tiene previsto llegar a Israel el lunes para discutir medidas concretas para «evitar una escalada». La visita del alto funcionario al país hebreo se ha visto aplazada a principios de esta semana tras el asesinato en Beirut de uno de los líderes del movimiento Hamás, Saleh al Arouri, durante un presunto ataque israelí. Además, el enviado especial estadounidense Amos Hochstein se encuentra en Israel trabajando en un acuerdo para reducir las tensiones en la frontera con el Líbano.
Algunos funcionarios de la Casa Blanca también temen que un conflicto a gran escala entre Israel y el Líbano supere el derramamiento de sangre de la última guerra que protagonizaron ambas naciones de 2006, debido a que Hezbolá cuenta con un mayor arsenal de armas de largo alcance y precisión.
Además, el periódico indica que parte de las tensiones entre Tel Aviv y Washington se deben a que las Fuerzas de Defensa de Israel han atacado supuestamente puestos pertenecientes a las Fuerzas Armadas Libanesas, apoyadas por Estados Unidos, al menos 34 veces desde el 7 de octubre. Sin embargo, un funcionario israelí aseveró que no atacan deliberadamente posiciones del Ejército libanés y que «se vio obligado a responder en defensa propia».