La disputa por el vital líquido se enfoca en grupos de poder como organizaciones, grandes productores y políticos…
Respaldados por distintos gobiernos y partidos, PRI y PAN, han surgido disputas por agua en todo el estado de Chihuahua, al amparo de distintas autoridades y en nombre de la legítima lucha por el acceso al agua, grandes productores y empresas acaparan el agua que cada día es menor en la entidad.
En Chihuahua, ya se han registrado varios conflictos sociales que han escalado, debido a la disputa del agua, principalmente en regiones donde la sobreexplotación ha llevado a los grupos a organizarse y buscar el respaldo de distintas autoridades y gobiernos, tal como sucede actualmente en la región noroeste entre la comunidad mormona de los LeBaron y ejidatarios de Benito Juárez y Constitución, mezclados con liderazgos barzonistas.
Días atrás, se filtró la noticia de que la Fiscalía General del Estado, actualmente bajo el control de la panista María Eugenia Campos Galván, liberó varias ordenes de aprehensión en contra de casi 30 ejidatarios que en mayo del 2018, ingresaron al rancho «La Mojina», propiedad de los LeBaron, para destruir las bombas de varios pozos de agua, que aseguraron, eran ilegales; también iban trabajadores de la CONAGUA y la CFE, encabezados por Martín Solis Bustamante, lider barzonista, en ese momento, funcionario estatal de la Secretaría de Desarrollo Rural del gobierno estatal, a cargo del ex gobernador Javier Corral.
En la orden de cateo, también iban decenas de ejidatarios que ingresaron con trocas al rancho, iban niños también, se destruyeron los pozos, infraestructura de riego y varios nogales, pues cabe destacar que el agua de esta región principalmente se utiliza para el riego de estos árboles que dejan millonarias ganancias por la exportación de nuez, ambos bandos tienen su respectiva producción.
Liderados por los activistas del Barzón, los ejidatarios se abanderan de la lucha campesina, pues este organización tomó protagonismo como oposición al PRI desde los años noventa, y que junto con otras ONGs de linea socialdemócrata cristiana, han sido partícipes de luchas políticas desde el verano caliente de 1986.
Por otro lado, la comunidad mormona ha depredado la región, y no tuvieron ningún límite y control durante los últimos gobiernos del PRI y PAN, principalmente en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
La capacidad económica de estas familias mormonas y los varios negocios que operan les permitió crecer política y económicamente en la región, algunos de sus integrantes y familiares llegaron a cargos como alcaldes, diputados locales y federales en el PAN y PRI, lo que permitió facilitar permisos en la Conagua y Semarnat durante esos años.
Alejandro Lebaron, pasó de ser un diputado local a delegado de la Conagua por algunos años, mientras la titularidad de la Conagua a nivel federal era encabezada por impulsores de la privatización del agua, personajes ligados al sionismo político de Israel, David Korenfield y después Kamel Athie; en estos años Alex Lebaron desde la delegación, liberó permisos para perforar pozos en la región, aún y cuando era una zona de veda, derivado de la sequía y la sobreexplotación en la región.
Para el grupo de barzonistas y aliados en otras organizaciones que llegaron al poder estatal con el panista Javier Corral, así como el final del sexenio de Enrique Peña Nieto, a través de amparos y batallas jurídicas desde la Suprema Corte de justicia de la Nación, consiguieron que se declaran ilegales los pozos ilegales, sin embargo, la comunidad LeBaron fue omisa a los llamados de la autoridad, pues también las autoridad federal fue omisa.
Debemos recordar también, que este grupo de activistas logró una fuerte organización en la región en contra de la minera canadiense MagSilver, y que la disputa legal y social dejó muertos por parte de la comunidad.
Cobijados por el brazo protector del gobierno estatal, los líderes barzonistas encabezaron en aquel momento esa invasión al rancho nogalero, que fue respondida por los mormones incluso con armas de fuego; actualmente el conflicto continúa, ahora con la comunidad LeBaron respalda por la autoridad estatal, a cargo de la duartista María Eugenia Campos Galván, quien en su administración tiene a la mitad de sus funcionarios emanados del PRI y otros grupos satélites, el mismo grupo político que gobernó en el peñanietismo y con César Duarte.
Sin embargo, algunos de los lideres barzonistas, embriagados del poder momentáneo, y del acelerado estrés hídrico de Chihuahua, han intentado utilizar la líquida bandera política del agua, para beneficios personales y políticos, tal fue el caso del conflicto registrado en 2020 en la región centro sur, en las presas que envían agua al río Bravo para el Tratado Internacional de Aguas con Estados Unidos.
Y para no hacer muy larga esta historia, cabe destacar que el ex gobernador Javier Corral y el PAN vieron la oportunidad política de atacar al gobierno de la Cuarta Transformación y Andrés Manuel López Obrador, con la negativa del pago de agua, arengados por los intereses económicos de viejos caciques y políticos del PRI, PAN y hasta de Morena de la región que roban millones de metros cúbicos de agua al año con el control de los módulos de riego, donde destacaron una vez más los nogaleros.
Es así como en un inicio las arengas e invasiones a las presas federales eran encabezadas por políticos y activistas ligados directamente a Javier Corral, como fue el caso de Martín Solís y Mario Mata Carrasco, que junto con otros actores del panismo, diputados locales, federales, alcaldes y grandes empresarios agrícolas, llevaron a la región a un conflicto que aún no concluye, pero se ha enfriado ante el inicio del quinquenio de pago a Estados Unidos.
Sin embargo, la lección de estas narrativas más allá de volver a exhibir el uso político de la lucha por el agua, que es legítima en una región desértica como Chihuahua, es evidenciar como son los grupos de poder quienes actualmente luchan por el agua, por su agua y no por el de la mayoría, pues el agua es cada día menos, las ciudades crecen así el uso urbano y de consumo, al igual que las hectáreas de riego para nogales y otros productos tampoco cesa, por el contrario, aumentan año con año.
Esta historia no termina aquí, la guerra por el agua en el norte de México y Chihuahua es muy amplia, en varias regiones, la escasez incrementa en las ciudades y las ganancias de producción también van en aumento, se ha establecido políticamente la prioridad del agua como un bien económico y no como un derecho humano, ¿qué le toca hacer al pueblo no organizado y sin respaldo político?. El Nieto del Ahuizote.