En el municipio de Mulegé, Baja California Sur, el presidente Andrés Manuel López Obrador nacionalizó la Exportadora de Sal, S.A. de C.V., (ESSA) al ser adquirida al 100 por ciento por el Gobierno de México.
“Decirles que estamos muy a gusto y muy agradecidos con el trabajo de la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, porque se logró el que tengamos ya en poder de la nación, que sea pública esta empresa que se salvó en la época neoliberal. (…) Ahora queremos dejar a salvo este patrimonio de todos los mexicanos para que no se corra ningún riesgo porque la privatización no ha ayudado a México, privatizar es sinónimo de corrupción, eso es lo que significó la política neoliberal por mucho tiempo”, subrayó.
Con la compra, el mandatario cumple el compromiso, realizado en julio de 2023 en Isla de Cedros, de no privatizar la empresa y entregarla al pueblo de México.
La secretaria de Economía, Raquel Buenrostro Sánchez, explicó que este día, tras 70 años, la Exportadora de Sal es nacionalizada como parte del proyecto de transformación. Hasta hoy tenía una participación estatal mayoritaria del 51 por ciento y el resto de las acciones pertenecía a la empresa japonesa Mitsubishi.
El Gobierno de la 4T invirtió mil 500 millones de pesos a fin de adquirir las acciones de la compañía extranjera. De esta forma, se mantiene una participación del 25 por ciento del Servicio Geológico Mexicano y del 75 por ciento por parte del Fideicomiso de Fomento Minero, es decir, se convierte en una entidad paraestatal al 100 por ciento.
“Con la nacionalización de ESSA se cumple el precepto del presidente de que los beneficios generados con nuestros recursos naturales se queden en nuestro país y se aprovechen para el bienestar del pueblo de México”, abundó la titular de Economía.
En la localidad de Guerrero Negro, el presidente López Obrador llamó a la población a administrar esta compañía nacional bajo el principio de cero corrupción.
“Va a seguir funcionando muy bien, con buenos resultados; tenemos que sacarla adelante y alejarla lo más que podamos, alejarla para siempre de la quiebra y de la privatización. Es una empresa del pueblo de México y, en especial, de Mulegé y de Guerrero Negro”, afirmó.
Al respecto, puntualizó que no se trata de una expropiación sino de un acuerdo alcanzado con directivos de Mitsubishi, por lo que agradeció su voluntad en esta compra.
“Nada más decir que le agradezco mucho a los directivos de la empresa japonesa que aceptaron el acuerdo. (…) Vamos a continuar con esta relación en lo económico; no se trata de una expropiación, se trata de un acuerdo y se llegó a este acuerdo por convenir así a las partes. De todas maneras nosotros les agradecemos porque tuvieron la voluntad de aceptar las condiciones”, mencionó.
En el evento el jefe del Ejecutivo atestiguó la firma de convenio por la nacionalización de la Exportadora de Sal S.A. de C.V., a cargo de la directora de Crédito, Finanzas y Administración del Fideicomiso de Fomento Minero, Martha Laura Bolivar Meza y el representante legal de Mitsubishi, Nakaba Aoyagi.
La exportadora de sal cuenta con la salina más grande del mundo. Reporta una producción superior a los 8 millones de toneladas anuales y una alta calidad de sal, capaz de abastecer a la industria de la región Asia-Pacífico y Costa Este de América del Norte. Además, tiene capacidad para recibir y cargar barcos de hasta 180 mil toneladas.
Representa el 84 por ciento de la producción de sal en el país, orientada principalmente a la exportación. México está en el séptimo lugar a nivel mundial con la elaboración de sal de 8.7 toneladas métricas y, junto con Chile, es uno de los principales productores de América Latina.
La sal es un insumo importante en industrias como la farmacéutica, textil, química, construcción y petroquímica, expuso la secretaria Buenrostro Sánchez.