El Senador morenista se rodeó de políticos de todos los colores, empresarios e incluso de la gobernadora panista

Chihuahua. Fue el Senador Rafael Espino, quien lo trajo a Chihuahua, pero no solamente a este personaje tachado de traidor al interior del morenismo, el senador reunión a varios personajes de distintos colores e intereses, entre ellos, la misma gobernadora María Eugenia Campos Galván.

En un evento que dejó ver la capacidad de convocatoria del senador, llamó la atención la mesa central donde estuvieron juntos, la Secretaria de Bienestar Ariadna Montiel, el Senador Ricardo Monreal, la presidenta del Congreso de Chihuahua, la diputada de morena Adriana Terrazas, ex priísta, la gobernadora panista Eugenia Campos y el presidente municipal de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, todos se notaban muy incómodos.

En un momento en el cual, Monreal nuevamente patea el pesebre en Morena, en busca de la candidatura a la presidencial, coqueteando con la oposición y lanzando ataques indirectos a los principales cuadros de Morena y al mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, Monreal llegó a Chihuahua, donde fue apapachado por políticos de todos los colores, incluyendo distintas tribus del morenismo.

Para la izquierda social, este evento hubiera sido repugnante, sin embargo, hubo de todo en este informe de labores legislativo de Espino, quien aspira a reelegirse como senador, ahora como titular, porque actualmente suple a Cruz Pérez Cuéllar, u otra aspiración frustrada es la de gobernador, la cual tendría que rebasar al mismo Pérez Cuéllar, quien va adelante en este proyecto, aunque aún falta 5 años.

Podríamos señalar a los priístas y panistas que estuvieron en este informe, pero es más llamativo quienes estuvieron por Morena, pues aunque el evento fue convocado por el Senador Espino, el aplauso y apapacho se lo llevó Monreal.

Y aunque habían pasado solo 24 horas de que el morenismo chihuahuense comenzó una guerra civil por el boicot que se realizó para no realizar el consejo estatal; con Rafa, estaban todos los implicados en las tripas de morena, la presidenta del comité Brighite Granados, con el respaldo de la casi toda la bancada de morena del congreso estatal, secretarios del comité de su grupo, obviamente, llevados todos ellos por Ariadna Montiel, a quien ellos sin empacho llaman «la jefa».

Por otro lado, encabezados por el alcalde de Juárez, Pérez Cuéllar, estaba la otra mitad de consejeros estatales, el presidente del Consejo Hugo González y el grupo que en algún momento se les denominó «Los colungas», obvio, también el ex coordinador de los diputados morenistas de la pasada legislatura, Miguel Colunga, quienes operan parte de la avanzada de Claudia Sheinbaum en el estado.

Había algunos rostros de la vieja guardia izquierdista, aunque no militantes de Morena, personajes que son referente de la lucha social, hoy colaboradores internos del partido.

Había empresarios importantes, militantes de todos los sabores y colores, aunque también llamó la atención algunos panistas de estirpe «corralista», y claro está, el deteriorado Víctor Quintana, también del corralismo, y ahora todos ellos dentro de Morena, por su respaldo al ex gobernador Javier Corral y algún sucio acuerdo que se dio con Juan Carlos Loera, actual delegado de Bienestar en el estado y ex candidato a la gubernatura, el gran ausente en este evento, pues estamos enterados que supuestamente, fue vetado de la fiesta del senador, por el mismo Espino, a quien no lo puede ni ver en pintura.

Es por eso que otro ausente, que gusta de los reflectores es el delegado regional Marcelino Gómez, tampoco se vio a sus allegados, lo que indica que ahora juega totalmente para Loera.

Monreal, no escatimó en sus aspiraciones, mantuvo su postura de golpetéo simulado al presidente López Obrador, luego de elogiar a la gobernadora Eugenia Campos, a quién candidateó, insistió en asegurar que la forma de elegir al candidato de Morena para el 24, no es con encuestas cerradas, y aseguró que estará en la boleta.

Otro patadón que aventó Monreal, y un escupitajo a la comunidad artística de Chihuahua, y a los mismos chihuahuenses, fue el respaldó que le dio a la gobernadora, en la millonaria obra de la Golondrina y su Príncipe, la cual ha sido duramente criticada por la comunidad artística, incluso nacional.

Con un tufo a palmadita a Eugenia Campos, Monreal aseguró que se trata de una obra de nivel, justificó la defensa burda que ha hecho tanto la gobernadora como el alcalde Chihuahua, Marco Bonilla, quien también brilló por su ausencia, aunque envió al secretario del ayuntamiento, el priísta Santiago De la Peña.

Fue duro el golpe, porque han sido los diputados locales de Morena, quienes han dado voz a los artistas que rechazan esta obra, y ahí estaban los diputados apretando los dientes, mientras Monreal se alimentaba de la simpatía de la oposición.

La mesa principal emanaba un vibra pesada e incómoda, las sonrisas de hipocresía y la política de tragar sapos estaba a todo lo que daba, para cualquier izquierdista, fue un amargo evento, aunque para la mayoría de la clase política en Chihuahua, fue un evento especial y de alta política del senador Espino, a quien Monreal lo calificó como «un hombre de estado», por este nivel de pragmatismo.

Monreal no tiene pelos en la lengua, pues presumió que es el Senado donde se ha frenado el impulso del proyecto de AMLO y del movimiento, al calificarlo como «excesos», y sostuvo que es gracias a la «prudencia» de su control en el Senado, que ha existido un «equilibrio» de los intereses nacionales, osea, es él el responsable de que la oposición mantenga fuerza para hacer resistencia a la Cuarta Transformación, y es Espino, una pieza de ese control.

Sin suda alguna, Monreal ha obtenido mucho poder dentro de Morena, y mientras patea al movimiento, hace amarres y acuerdos con los grupos opositores del PRIAN en los estados, pues aunque un día dice que se va para seguir su aspiración personal, otro día se desdice y asegura que se mantendrá en Morena, algo que se ha vuelto muy incómodo para el morenismo que no pueden rechazarle totalmente.

Cabe destacar que la mayoría de los morenos que asistieron, se debe a una cordialidad y cercanía con el senador Espino, y no comparten la postura de Monreal, sin embargo, aguantaron la respiración en respeto del informe de Rafa, al terminar el evento, los gruñidos y reclamos bajo la mesa no se dejaron esperar.

Es así como avanza la 4T en Chihuahua, un amasiato de intereses de todas las estirpes políticas, con guerras intestinas por avanzar en próximas elecciones, mientras la oposición va en picada, pues apenas a poco más de un año de gobierno de Eugenia Campos, cada día es más repudiado por los ciudadanos, y su única salvación puede venir, lamentablemente, de algunos personas de la 4T, como Monreal.

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