La linea editorial pagada con dinero de los chihuahuenses enfoca sus baterías en el ex gobernador panista, del proceso de Duarte se limitan al oficialismo

Chihuahua. Durante los últimos días Chihuahua ha sido testigo del resurgimiento del duartismo, no solo por el regreso del ex gobernador César Duarte, en un proceso penal raquítico y débil que permite adelantar una pronta liberación del ex mandatario priísta; el resurgimiento de la red de complicidades ha quedado evidenciada en la política, con los empresarios y descaradamente, la prensa.

Mientras que una ola de indignación asfixia la opinión pública en Chihuahua por la relación política entre César Duarte y el gobierno de Eugenia Campos y todo su grupo político, la prensa duartista ha optado por empantanar la opinión pública enfocando sus criticas al ex gobernador Javier Corral, quien encabezó una batalla contra la corrupción emanada de la red de complicidades de Duarte.

Y aunque Corral no es una pera en dulce, ni una blanca paloma, la atención mediática de la maquinaria duartista impulsa una campaña abierta contra Javier Corral, en un intento de confundir a los chihuahuenses y poner en el mismo saco de corrupción al panista con el priísta.

Ante la extradición de Duarte, la gobernadora Eugenia Campos ha tenido espacios en medios nacionales que buscan conocer su postura ante el proceso penal de su padrino político, donde ha aprovechado para lanzar ataques en contra de su sucesor, donde minimiza la carga de delitos de Duarte, al grado de evitar mencionar el nombre de César Duarte, por el contrario, Corral no sale de sus pensamientos.

Ante estas declaraciones lamentables y penosas de la gobernadora, la prensa local no vacila en destacar estos comentarios, las notas contra Corral saturan los medios digitales, las portadas de los diarios impresos pareciera que el imputado es Corral, los opinólogos y la gente en medios de la comentocracia local, antiguos beneficiados del chayo duartista, arremeten contra la pasada administración, en un acto de casi victimización de César Duarte.

Casi ni un medio, en su linea editorial, se atreve a cuestionar la condición criminal y corrupta de César Duarte, todo lo contrario, justifican la posibilidad de su libertad y hasta de su inocencia, por la «persecución política» de Corral, o las raquíticas carpetas de investigación de la pasada fiscalía.

En un descaro de cinismo, algunos medios exaltan el trabajo de la «justicia de Chihuahua», sin recordar o cuestionar el control que puede tener Duarte en la mayoría de magistrados, que fueron impuestos por él mismo durante su gobierno, o de la defensa vergonzosa que hizo como testigo, la actual presidenta del Poder Judicial Myriam Victoria Hernández Acosta, quien es señalada como ahijada política de Duarte, y que su defensa en Estados Unidos fue resguardada por tres años.

Es importante recordar, que el ex director de El Heraldo Javier Contreras, fue uno de los que regresó el dinero que Duarte le entregó en «la nómina secreta», entre otros, sin embargo no fue el único que recibía dinero para la protección mediática y ahora, siguen en la misma postura.

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