El Estado francés busca el control total para reforzar la independencia energética y cumplir con el objetivo de emisiones cero

Francia. El gobierno francés busca hacerse con el control total del capital de la eléctrica EDF, informó la primera ministra, Élisabeth Borne, durante la presentación de la hoja de ruta de su Ejecutivo ante la Asamblea Nacional.

De acuerdo a El País, la incertidumbre en el mercado energético que provoca la guerra en Ucrania y la necesidad de actuar de manera contundente ante el cambio climático imponen una nacionalización que el presidente, Emmanuel Macron, ya había avanzado durante la campaña electoral, ha justificado su jefa de Gobierno.

“Necesitamos tener el control pleno de nuestra producción de electricidad y de su rendimiento”, ha subrayado Borne ante los diputados. Por eso, ha agregado, ”les confirmo la intención del Estado de hacerse con el 100% del capital de EDF”.

Según la primera ministra, resulta clave “garantizar nuestra soberanía ante las consecuencias de la guerra y los desafíos colosales que se avecinan”. Y eso hace que se deban “tomar decisiones que, en estos mismos bancos, otros tomaron antes que nosotros, en un periodo de la historia en el que el país también debía ganar la batalla de la energía y de la producción”, ha recordado.

Diecisiete años después de abrir su capital y salir a bolsa, a finales de 2005, la compañía sigue estando ampliamente en manos del Estado, que actualmente controla el 83,88 por ciento de los títulos de la eléctrica.

Tras conocerse la noticia, las acciones de la compañía llegaron a subir más de un 15% en la Bolsa de París.

La decisión de renacionalizar EDF no ha sido una sorpresa total. Durante la campaña para su reelección, en abril, Macron defendió la nacionalización de la compañía para reforzar la independencia energética francesa y su ambición de cero emisiones mediante la construcción de nuevas plantas nucleares.

EDF atraviesa fuertes aprietos financieros. Un problema de corrosión afecta a una parte nada desdeñable de sus reactores nucleares —12 de 56—, lo que ha obligado a la empresa este año a revisar en varias ocasiones sus objetivos de producción.

La situación empeoró con la decisión del Gobierno de establecer un escudo tarifario para los consumidores franceses y evitar así una explosión de los precios de la energía y, con ello, de la inflación, que Borne ha recordado hoy que sigue siendo “la más baja de la eurozona”.

A ello se une que la compañía energética gala ha sufrido varios reveses, como el enorme retraso, de más de diez años, en la construcción de su nuevo modelo de reactor, el EPR, que está instalando en la planta de Flamanville, y cuyo precio se ha cuadruplicado en este tiempo.

La renacionalización “permitirá a EDF reforzar su capacidad para completar, lo más rápido posible, los proyectos ambiciosos e indispensables para nuestro futuro energético”, ha confiado Borne. El País.

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