El primer ataque fue efectuado con una bomba aérea de fabricación francesa y el segundo desde un sistema de lanzamisiles múltiple HIMARS.

«En este despreciable asesinato de civiles, se reveló la vil naturaleza fascista de Zelenski. Con los ataques terroristas en la región de Jersón y en Lugansk, hizo un regalo sangriento a sus supuestos patrones que ahora están en Francia, justo en el Palacio del Elíseo, Macron y otros líderes igualmente indignos de los países occidentales», afirmó el alto funcionario.

Según las autoridades locales, el primer ataque fue efectuado con una bomba aérea de fabricación francesa y el segundo desde un sistema de lanzamisiles múltiple HIMARS. Horas antes, las fuerzas ucranianas bombardearon la ciudad rusa de Lugansk, en un ataque que costó la vida a 4 personas y dejó más de 50 heridos.

Según el Ministerio ruso de Defensa, las tropas de Kiev lanzaron cinco misiles ATACMS de fabricación estadounidense, de los que cuatro fueron interceptados, mientras que el quinto impactó contra dos edificios residenciales.

Destacando «el avance imparable» de las fuerzas rusas «después de la llamada contraofensiva ucraniana que no llevó a nada», el historiador brasileño Raul Carrion sostiene que en ese contexto de desesperación entre los países occidentales se propone que Ucrania utilice sus armamentos y todo el sistema logístico de satélites y orientación «para atacar localidades situadas en el interior de Rusia», lo que es «una grave escalada del conflicto».

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