México. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ordenó medidas arancelarias y no arancelarias en defensa de los intereses de México forman parte del Plan B que lanzó la noche de este 1 de febrero, como respuesta a guerra económica que impuso el presidente de Estados Unidos Donald Trump.

La primera mandataria mexicana acusó a las armerías de Estados Unidos de ser las que cooperan con el crimen organizado en México, y señaló al gobierno del vecino país del norte de no combatir el tráfico ilícito de drogas en su territorio.

En una firme respuesta a Trump, que compartió en sus redes sociales, Sheinbaum Pardo reiteró que la cooperación entre México y Estados Unidos sólo puede existir con “respeto a la soberanía, que no es negociable. Coordinación sí; subordinación, no”.

A continuación, reproducimos el mensaje de la presidenta de la República:

Rechazamos categóricamente la calumnia que hace la Casa Blanca al Gobierno de México de tener alianzas con organizaciones criminales, así como cualquier intención injerencista en nuestro territorio.

Si en algún lugar existe tal alianza es en las armerías de los Estados Unidos que venden armas de alto poder a estos grupos criminales, como lo demostró el propio Departamento de Justicia de Estados Unidos en enero de este año.

Nuestro gobierno ha asegurado en cuatro meses más de 40 toneladas de drogas, incluyendo 20 millones de dosis de fentanilo. También ha detenido a más de 10 mil personas vinculadas con estos grupos.

Si el gobierno de Estados Unidos y sus agencias quisieran atender el grave consumo de fentanilo en su país, pueden por ejemplo combatir la venta de estupefacientes en las calles de sus principales ciudades, lo que no hacen, y el lavado de dinero que se genera por esta actividad ilegal que tanto daño ha hecho a su población.

También podría iniciar una campaña masiva para evitar el consumo de estas drogas y cuidar a sus jóvenes, como lo hemos hecho en México. El consumo y la distribución de drogas está en su país y ese es un problema de salud pública que no han atendido. Además, la epidemia de opioides sintéticos en Estados Unidos tiene su origen en la prescripción indiscriminada de medicamentos de este tipo, autorizados por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), como lo demuestra el juicio contra una farmacéutica [Purdue Pharma].

México no quiere confrontación. Partimos de la colaboración entre países vecinos. México no sólo no quiere que el fentanilo llegue a Estados Unidos, sino a ninguna parte. Por ello, si Estados Unidos quiere combatir a los grupos delictivos que trafican droga y generan violencia, debemos trabajar conjuntamente de forma integral, pero siempre bajo los principios de responsabilidad compartida, confianza mutua, colaboración y, sobre todo, respeto a la soberanía, que no es negociable. Coordinación sí; subordinación, no.

Para ello propongo al presidente Trump que establezcamos una mesa de trabajo con nuestros mejores equipos de seguridad y salud pública.

No es con la imposición de los aranceles como se resuelven los problemas, sino hablando y dialogando como lo hicimos en estas últimas semanas con su Departamento de Estado para atender el fenómeno de la migración; en nuestro caso, con respeto a los derechos humanos.

La gráfica que el presidente Trump ha estado subiendo a sus redes sociales sobre la disminución de la migración fue elaborada por mi equipo de trabajo, que ha estado en constante comunicación con el suyo.

Instruyo al secretario de Economía para que implemente el plan B que hemos estado trabajando, que incluye medidas arancelarias y no arancelarias en defensa de los intereses de México.

Nada por la fuerza; todo por la razón y el derecho.

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