Son dos millones de palestinos que están sufriendo los ataques de Israel, así como el corte de agua, energía eléctrica, alimentos y combustible por el cerco que impuso el ejército israelí.
Israel intensificó sus bombardeos contra la franja de Gaza y ordenó ayer suspender el envío de alimentos, combustible y otros suministros en respuesta a la violenta incursión de combatientes de Hamas, mientras el número de víctimas relacionadas con la guerra aumentó a casi mil 600 en ambos bandos. Hamas también endureció su postura y amenazó con matar a los israelíes que mantiene cautivos en caso de que Israel ataque civiles sin advertencia alguna.
Tras unas 48 horas de enconadas batallas dentro de Israel, el principal vocero del ejército, el contralmirante Daniel Hagari, dijo que tienen el control
de sus poblaciones fronterizas. Por la madrugada hubo algunos incidentes aislados, señaló, pero no había combates en marcha.
Sin embargo, advirtió que aún podría haber milicianos en la zona. Aseguró que se evacuaron 15 de 24 poblaciones fronterizas.
El vocero de Hamas, Abdel-Latif al-Qanoua, informó previamente a The Associated Press por teléfono que los combatientes del grupo seguían peleando fuera de Gaza y que capturaron a más israelíes ayer por la mañana.
Alrededor de 900 personas, incluidos 73 soldados y muchos extranjeros, han muerto en Israel y miles más están heridos, según la prensa. En Gaza, han fallecido más de 687 personas y más de 3 mil 726 han resultado heridas, de acuerdo con las autoridades. Hay cientos de combatientes de Hamas abatidos, aseguró Israel.
En el tercer día del conflicto surgieron más testimonios de violencia contra civiles de ambos lados.
En el enclave costero de Gaza, decenas de miles huyeron de sus casas mientras los incesantes bombardeos de Israel destruían edificios.
Imágenes obtenidas por Reuters mostraban a decenas de personas trepando por edificios derrumbados en busca de supervivientes, con el aire todavía polvoriento por el impacto. Las sirenas sonaban mientras los equipos de emergencia apagaban los coches incendiados.
En el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, varios hombres treparon por un edificio derrumbado para sacar de entre los escombros el diminuto cuerpo de un bebé. Ese ataque aéreo causó decenas de muertos y heridos, reportó el Ministerio de Sanidad.
Los ataques y bombardeos militares del enemigo sionista contra hogares habitados por mujeres y niños, mezquitas y escuelas en Gaza equivalen a crímenes de guerra y terrorismo
, declaró en un comunicado Izzat Reshiq, responsable de Hamas.